«Joder, J»

Publicado: octubre 22, 2010 en Uncategorized

“Joder J, qué mayores nos hemos hecho. Aunque tú sigues igual, mamón. Y mírame a mí: con traje y corbata traicionándome a diario. Espero volver por Granada un día de estos, espero encontrarte en el Ruido Rosa o en el Peatón  y a las niñatas que nos conseguíamos gracias a ti,  y espero que tengas preparado algo nuevo, como antes. Saluda a todos.  Ya ves, hoy me he levantado tonto y añorando Granada. Me han dicho que en el Amador han montado no se qué negocio.  Estoy  escuchando these important years, de los Husker. PD: hay algunos a tu lado que envejecen peor que yo.”(Recreación de un mensaje leído en internet, dirigido a J, cantante y compositor de Los Planetas).

Granada por esta época del año parece como si alguien la hubiese empaquetado minuciosamente en un vaho gélido y glacial, como si la cubriese un envoltorio de estraza que la suspenda dentro de un habitáculo inaccesible, porque en las mañanas de octubre  suele amanecer rociada por un confeti húmedo e invisible que cala hasta los huesos y cubre las avenidas con su  barniz envejecido y grisáceo impregnando a los edificios  y a los transeúntes de un aspecto desangelado  en mitad de la espesa e inhóspita niebla.

Tengo la certeza de que nada cambia lo suficientemente rápido cuando andas perdido a la deriva de esa bruma. Por muchas expectativas musicales que tuviéramos J, tú en tu rollo y yo en el mío, aquel mes de octubre de mil novecientos noventa y poco – no se si por la teoría cíclica de la historia o de la economía, vaya usted a saber- era tan aborrecible como este de dos mil diez.

Mirado con los años todo parece tan irreal, aunque veo tu imagen nítida caminando  por Pedro Antonio a contracorriente, con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha  tropezándote con la marea humana del viernes noche. Quizás vas pensando en el nombre que le pondrás a tu grupo y una mueca de sonrisa leve se dibuja en tu cara porque ya lo has encontrado. “Sí” –te dices- “se va a llamar Los Subterráneos”.

Entretanto yo quizás haya sido uno de los tres o cuatro golpes que te has dado en tu deriva por la concurrida acera, cuando salía de uno cualquiera de los cientos de bares de esa calle  acompañado de Javi. Probablemente acabemos de  decidir, después de tres o cuatro cervezas, que ya no vamos a ser tan pretenciosos musicalmente y que la Harmónica de Cristal se quedará aparcada junto a su leyenda negra, para dar la bienvenida a nuestro enésimo sueño musical: Malditerráneo.

J, fue entonces cuando perdimos la prisa, cuando  la preocupación de los ensayos nos hizo renunciar, al menos momentáneamente, al vértigo de la incertidumbre, a la deriva de la nebulosa granadina  que tanto nos empujaba a hacer canciones. Ahora había que dar a conocer las que ya teníamos y empezamos a tocar por los bares que se dejaban.

Veo ahora con toda  nitidez  un cartel de Subterráneos al lado de otro de Malditerráneo. Se que tú también. Lo que ya no recuerdo es el nombre del garito donde os vi tocar por primera vez. De lo que no me he olvido es de que estuve dibujando arabescos con las letras de tus canciones en la espalda de Mai durante todo el concierto.

Sí que tengo sin embargo, una imagen sin humo ni artificio de tu presencia en la barra de La Sal en uno de nuestros bolos. A lo que no me voy a aventurar es a divagar sobre lo que tú podías estar imaginando mientras escuchabas nuestras canciones o mirabas a Paula cantando. Aunque sí pondría la mano en el fuego y no me equivocaría, si te dijera que sólo viniste a vernos tocar por la curiosidad que te producía la coincidencia fonética de los nombres de nuestros grupos.

No sé si Subterráneos fueron tan efímeros en el tiempo como Malditerráneo. O si para ti J, fueron tan intensas aquellas vivencias de tu primer grupo como lo fueron para mí las de mi único grupo. Pero tus Planetas no tardaron mucho en llegar –o simplemente tus Subterráneos en cambiarse de nombre por culpa de los de la Rosenvinge-,  ni mis Malditerráneo tampoco se hicieron esperar demasiado para perderse en la bruma granadina y no regresar más.

Tú y yo, nos seguimos viendo unos años más por los bares de Granada, por los conciertos de otros, por los amigos y conocidos comunes, pero nunca nos cruzamos ni una sola palabra. Puede incluso que alguna vez nos volviéramos a tropezar por esa manía que tenemos los artistas de andar siempre en las nubes, pero aunque te sonara mi cara  ya no sabías de qué.

Joder J, aquellos parecían ser nuestros años más importantes y qué mayores nos hemos hecho, aunque tú sigas igual, mamón. Espero volver a Granada un día de estos y preguntarte como aquellos amigos que podríamos haber sido, si te gustó algo más que el nombre de Malditerráneo, si te llegó alguna canción nuestra. Me viene ahora a la cabeza, aquella que introducía yo con una letra recreada de una alegría de Fosforito, pero a la que le poníamos música de guajira:

Hoy te vi pasar con otro

Ay por la Plaza del Potro,

Ay potrillo de los celos

Clavé un suspiro en el cielo.

Ya ves, hoy me he levantado tonto y añorando Granada.  Por cierto, me han dicho que en el Amador han montado no se qué negocio y que la tienda de comics que hay frente al Planta Baja ahora se llama Subterránea. También sé que como te gusta el aire que ahora tiene no le vas a cobrar derechos de autor por el nombre.

P.D: hay algunos  a tu lado que envejecen peor que nosotros dos.

comentarios
  1. Paula dice:

    Bonito Juan, aunque no recuerdo ver a J en nuestros conciertos en la sal, pero imagino que yo estaría pendiente de otras cosas, tú siempre has estado más atento y parece que con los años te vas convirtiendo en nuestra memoria grupal, cada día me sorprenden más tus nítidos recuerdos sobre esa tan lejana época de mi vida. Gracias por recordarme mis recuerdos.

    • juanmaldito dice:

      Amiga Paula: ¿qué más da si es o no verdad lo que cuento?. Lo importante para mí es que a tí te remueve algo en tus adentros sobre lo que fuimos y así de paso vas teniendo más claro lo que somos ¿no?. Gracias por estar en mis recuerdos, tanto en los pasados como en los presentes y espero que en los futuros.

Deja un comentario